Lenguaje de los no cuerpos, estola de palabras

Lenguaje de los no cuerpos, estola de palabras

domingo, 13 de diciembre de 2009

de lo que aconteció el fin de semana

El sábado y el domingo fueron días largos y raro, hubo reunión de Literal en su casa y estuve conviviendo con los muchachos de la editorial, sí que muy bueno , que qué rica la comida pero a eso de las diez de la noche del sábado me fui a dormir después de una extenuante batalla en el scrabble (por cierto a mi favor) con Eliud y Andrés, me dormi en el futón que solía ser mi lugar preferido en la casa por el incomensurable placer que había tenido allì; pero durante mi sueño, yo escuchaba todo lo que hablaban Eliud y Andrés, sonaba en el estereo las bodas de figaro, mientras yo comenzaba a sentir extrañas oleadas en mi cuerpo, como si fueran un continuo desapego de mi carne, como si de repente ya no estuviera sintiendome medio dormida en el futón. Cuando sentí esa anestesia por primera vez, quise repetirla para saber qué demonios me sucedía, experimenté esa sensación como cuatro veces hasta que mis ojos cerrados comenzaron a ver que una parte de mi se deslizaba de los pies a la cabeza, me estaba viendo desde no sé donde y lo que miraba era algo increíble y al mismo tiempo aterrador; yo o algo de mi yo, se despegaba de mi cuerpo que permanecía inmovil en el sillón, casi estaba a punto de desprenderme por entero y no he de negar que hubo un momento en el que voluntariamente quería saber qué diablos se sentia estar fuera de mi, pero justo en el momento en el que estaba a punto de estar separada de mi cuerpo por completo tuve miedo; aún no sé lo que hubiera pasado si lograba desprenderme y tuve miedo. ¿que tal si ya no podia regresar, que tal si me moria o no me moria pero vivía en el completo desapego y nadie lo notaría y mi cuerpo permanecería inmovil para siempre y mi otra yo inmaterial vagando sin encontrar refugio?, ¡coño, qué pinche miedo! quise regresar y mi cuerpo quería adquirir conciencia pero no podia; dentro de mí, mis piernas se movían pero en la realidad es no ocurría, luego con mucho trabajo moví la cabeza hacia un lado, mi cabeza era un bloque pesado que requirió de toda mi fuerza para moverla, después abrí la boca y respiré, ya estaba de nuevo ahí, ya me sentía toda yo. Aún tenía mucho miedo y me incorporé rapidamente, abri los ojos y figaro continuaba sonando, Andrés me habló y Eliud me miraba extrañado, me levanté del maldito futón y fui a contarles lo que me había sucedido, fue como estar muerta durante unos segundos, fui al baño y vi mi rostro, lloré un poco por que era yo, ahí estaba completamente yo, mi cara pálida decía que había sido cierto, tuve que tocarme el rostro para reconocerme hablarme y decirme: "aquí estás alina, aquí estás". Andrés me contó que a él le habia ocurrido algo similar hace ya tiempo, lo abracé para sentirme y sentir que es verdad, ahora me siento mejor, fue como recobrar conciencia de mi y del presente...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ayer fui a la Roma y conté cinco pares de lentes sin micas y tres chalecos iguales al mío. Luego me fui al Centro Cultural España y me encontré con libros que nada decían pero eso sí, bien bonitos y de colorcitos brillantes. ¿Dónde dejé mi estola de palabras, ésa con las puntas redondeadas y de color negro brillante? Ahora sólo encuentro dizfraces de escritores y escritorios sin madera, mis lentes sin cristales no me dejaron ver la letras que se asomaban detrás de los anaqueles llenos de dibujos animados que no hablaban, nunca sé qué digo solo me sorprende ver en blanco las páginas que alguna vez estuvieron llenas de paraísos...

viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Qué estamos haciendo mal?

¿Qué estamos haciendo mal, señores? los golpes ya no arrancan suspiros, los brazos morados se convirtieron en lugar común de la palabras de mis propias hermanas. Yo no quiero que se olvide que aquí estamos, que aquí somos muchos sin distinción de género, porque no soy una ni tampoco uno. Soy un ser y no una sera, y existo y dejo que se exista. Qué hicimos mal que cada vez no odian más porque la tele nos protege, los días nos amparan y hasta el gobierno ya nos puso un propio vagón. Pero yo no quiero que se me separe, yo quiero ser muchos sin distinción. Ayer una hermanita andaba gritando que la golpearon y un hombre que no es mi hermano perdió la lengua. Aquí se sufre por igual y la risa contagia sin importar de quién sea.

Yo no sé por donde va la cosa pero me duele formar parte de un orgullo que yo no elegí.

lunes, 19 de octubre de 2009

me fui sin ver, sin voltear, sin ser vista ni hablada, nadie habló de mi mientras yo estaba, nadie me recordará, tal vez mi espalda, tal vez mi risa de borracha escondida en una sonrisa estridente y un no mames!!!, no mames güey cómo me esfuerzo en encontrar una palabra que sea mía de mimisma sin que afecte al titismo, no sé que digo; yo solo quería que se me recordara que se me visitara en el recuerdo una vez pero no sucedió, en fin escribiré para no ser vista y pensaré en los días de poesía que ya no están y que me aventaron a esta realidad que me pesa en los párpados, tal vez podría cantar una cancion de patti smith y luego decir que ya soy una rockstar y que solo me faltan los fans, no confío en los blogs que no son de papel y que puedo cargar en mi mochila. Yo quise despedirme pero no pude no pude por que como siempre yo me había ido desde antes allá donde nadie viera mi boca abierta mientras duermo ni escuchara como tiemblo cuando tengo un mal sueño. Tengo puras chingaderas en mi bolsa, nada que me sirva para no perderme...

lunes, 5 de mayo de 2008

La Ranita Esnobita


La ranita Esnobita cantaba en su estanque con mucha felicidad:

‑Kerouac, Kerouac, Kerouac.

Pasaron seis días y siete noches y la Ranita Esnobita no dejaba de cantar:

‑Kerouac, Kerouac, Kerouac.

Hasta que un buen día, después de croar y croar, gritó:

‑ ¡Me a Borroughs, estoy Artaud, ésta situación me eNerval, Pavese que es interminable!

Entonces la Ranita Esnobita se lanzó al estanque para terminar su sufrimiento de una vez por todas y ¡Piz¡ ¡Aar! ¡Nik! – cayó ‑.

martes, 22 de abril de 2008

Callar las letras


No, cuerpo,

me calles el alfiler entintado

que perfora el papel.

No le quites el sonido rojo

a la pluma de guacamaya,

porque entonces los cantos

de pájaro herido se confundirán

con el rocío de las hojas

en las que mi mano escribe.

No, cuerpo,

silencies las olas que se estrellan

en las ventanas de mi cabeza,

porque entonces los dedos

dejarán de tejer historias

con hilos de arena.

Cuerpo,

no calles el cuaderno

con susurros blancos.

Si lo haces,

la pureza nupcial de los papiros

se verá mancillada por la indiferencia.

No calles, cuerpo,

estas mis letras

que cuando lo haces,

pareciera que

el líquido tinta se nos pudre en las venas.

Gestar el cuerpo


Siento que me arde,

me arde el estómago

como si estuviese a punto

de regurgitar palabras.

Quiero vomitar los libros matutinos,

expulsar de mis pulmones

el humo de las hojas arrancadas.

Para que, de ese modo,

todas las sílabas reunidas en mi contra

se mezclen con líquido inmundo

y se conviertan en ratas obscenas,

en conejos hirsutos de dientes rabiosos.

Porque no son palabras bellas

éstas a las que me enfrento.

Son oscuras e invisibles,

son mis hijas bastardas

mis niñas sin ojos.

Aún las siento retorciéndose en mis intestinos.