Siento que me arde,
me arde el estómago
como si estuviese a punto
de regurgitar palabras.
Quiero vomitar los libros matutinos,
expulsar de mis pulmones
el humo de las hojas arrancadas.
Para que, de ese modo,
todas las sílabas reunidas en mi contra
se mezclen con líquido inmundo
y se conviertan en ratas obscenas,
en conejos hirsutos de dientes rabiosos.
Porque no son palabras bellas
éstas a las que me enfrento.
Son oscuras e invisibles,
son mis hijas bastardas
mis niñas sin ojos.
Aún las siento retorciéndose en mis intestinos.
1 comentario:
una gastritis de palabras como si las palabras se estuvieran comiendo tu estómago pero en vez de vomitar sangre sólo te salen más palabras desangradas... un saludo del perú
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